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sábado, 11 de agosto de 2012

Francisco Javier Balmis. La primera expedición sanitaria internacional en la historia

Una de las cosas que más puede desesperar a la gente que vive en España es su desconocimiento de la historia, en parte debido a la escasez de interés por la historia y en parte debido a que mucha gente considera que la historia de España, sobre todo durante la colonización de otros continentes, fue sólo una época oscura de conquista y asesinato. Pero pocos parecen acordarse de la importancia que muchas expediciones financiadas por España desarrollaron hace más de 200 años, cuando ni EEUU se había formado ni se tenía interés por lo científico. En España, la ilustración aportó numerosos almirantes, científicos, aventureros y cartógrafos que dieron conocimiento al mundo entero acerca de nuevos territorios y registraron nuevas especies, cartografiando nuevas tierras. Todas esas expediciones, salvo honrosas excepciones han sido olvidadas y se las otorga escasa importancia dentro de España, sin embargo otras autoridades históricas parecen tener muy en cuenta sus logros y aportaciones.

Alejandro de Humboldt, considerado el "Padre de la Geografía Moderna Universal" mencionó que la humanidad debía eterna gratitud a la Monarquía española, pues la multitud de expediciones científicas que había financiado había hecho posible la extensión de los conocimientos geográficos. Lógico agradecimiento después del excelente trato recibido en las colonias españolas.

No es para menos teniendo en cuenta los numerosos viajes, financiados por la corona. Por desconocimiento en la actualidad se trata de denostar la historia de España, incluyendo en ella todas las desgracias pasadas y recurriendo a ella para explicar los males presentes. En ocasiones con fines políticos y poco acertados. Muchas veces hablan de genocidio en las colonias achacado en su mayor parte a las enfermedades traidas del viejo mundo que diezmaron las poblaciones de América pero nunca recuerdan historias como las del médico de la corte Francisco Javier Balmis que realizó una labor de vacunación por todo el continente americano y la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (1803-1814). 


Es tal el desconocimiento de estos viajes y servicios que nadie que he preguntado sabía de estas expediciones, ni tan siquiera se habla en el colegio o la universidad hoy en día aunque sea tema de vulgar conocimiento cultural. El rey Carlos IV apoyó y sufragó con fondos públicos al médico de la corte, el doctor Balmis, cirujano militar alicantino, en su idea de una vacunación masiva de niños a lo largo del Imperio, ya que su propia hija la infanta María Luisa había sufrido la enfermedad. Esta es considerada la primera expedición sanitaria internacional en la historia.

Cuando el equipo médico reclutado para la misión llevó la vacuna a América uno de los problemas en el siglo XIX debido al insuficiente conocimiento microbiológico fue la conservación de la vacuna  por lo que el médico llevó en el viaje a un número de niños huérfanos, para pasar cada cierto tiempo la vacuna de uno a otro, mediante el contacto de las heridas. El navío dispuesto no sólo llevaba la vacuna sino 500 copias traducidas del libro "Tratado práctico e histórico de la vacuna", de Moreau de Sarthe lo que no sólo dotó a la gente del remdio sino que aportó el conocimiento para combatirlo. Escribió Instrucción sobre la introducción y conservación de la vacuna, y tradujo del francés un trabajo sobre el mismo asunto Tratado histórico-práctico de Moreau. Recibió la importante ayuda de la Iglesia en Filipinas para la vacunación de los indígenas. Tras llevar la vacuna a las Islas Canarias la llevó a toda América (Colombia, Ecuador, México, Perú) donde se beneficiaron miles de personas vacunadas a pesar de sufrir ataques de disentería continuó su viaje por el mundo. Tras ello pidió permiso para llevar la vacuna a las colonias portuguesas y China en 1805 donde tras naufragar el barco tuvo que coger a los niños en una barca para poder llegar a tierra.

La expedición convenció a británicos de la isla de Santa Elena a su vuelta hacia España para que recibieran la vacuna en 1806. No olvidemos que esta enfermedad en esa época producía cuantiosas muertes. La mortandad de los infectados rondaba el 30 % matando a millones de personas y dejando secuelas como la ceguera a muchas otras.

Nuestro desconocimiento sobre estos viajes se confronta con las benevolentes palabras del descubridor de la vacuna, Edward Jenner:
No puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este.


Acabamos con la reflexión de Humboldt con quien empezamos este texto:
Este viaje permanecerá como el más memorable en los anales de la historia

No sólo se ha olvidado sino que en la actualidad incluso se enriquecen con las vacunas señor Humboldt.



En muchas ocasiones, muy parecidas a las actuales la clase política despreció y menoscabó todos los esfuerzos dedicados a la investigación científica realizadas durante esos años. Por ejemplo, las inquinas contra Godoy de Alejandro Malaspina provocó la incautación de muchos materiales y su posterior olvido. Final compartido con los de otras expediciones y que tras los problemas políticos del siglo XIX y la pérdida de las colonias se condenaron estos trabajos al ostracismo. Nosotros para intentar contrarrestar las causas que nos han llevado hasta donde estamos debemos dar a conocer la historia para evitar su olvido y desprecio.



Balmis, el ilustrado tenaz from Taller Digital on Vimeo.

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